Crónica: Primer Laboratekio en MAE

Primer Laboratekio-MAE   25 de agosto 2013

Crónica de Gabriela Alcantar López

Sabemos que este Laboratekio sin duda no ha sido el primero en el fructífero caminar de esta comunidad que va creando huertos comunitarios a su paso con una potencia y amor que nos contagian a todos. Pero fue el primero de MAE (Modelos Ambientales Evolutivos), que somos un colectivo que vamos arrancando y desde el primer momento que llegamos a la linda casa en la que vivimos, sabíamos que el primer paso para sentirnos en nuestro hogar era la construcción de nuestro huerto urbano.

Llevábamos 6 meses planeando y consiguiendo el material para llevarlo a cabo, logramos juntar una buena cantidad de hojarasca.  El terreno del que disponemos se encuentra en zona de roca volcánica por lo que es difícil excavar más de 10cm;  hay poco suelo formado ysabemos que la profundidad deseada para el cultivo de hortalizas es de 40 a 60 cm, por lo que ideamos un huerto organopónico compuesto por 4 camas de cultivo usando contenedores construidos con “palets” (tarimas) que nos fueron donadas cortadas a la mitad.

Fue hasta el Taller de Replicadores en que tuvimos nuestro primer contacto con Laboratekio y cuando les contamos del huerto de nuestros sueños,  nos ofrecieron formar parte de su red para llevarlo a cabo. Corrimos a organizarlo todo y lo primero que hicimos fue poner a germinar las semillas que necesitábamos para la asociación del cultivo que habíamos diseñado.

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Finalmente después de una semana de preparativos y jornadas de trabajo, llegó el día del Laboratekio MAE, estábamos llenas de nervios y emoción pues no sabíamos cuantas personas llegarían, pero en cuanto llegó el primer par de manos para ayudar a la misión del día, todo se convirtió en sonrisas y trabajo.

Comenzamos cortando los palets a la mitad, lo cual representó la etapa de trabajo más duro, pues aunque todos descargamos mucha energía la madera se resistía al paso del serrucho. Cortamos tres palets pues se necesitaron 2 mitades para cada uno de los 3 lados de la cama de cultivo.

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Creemos que cuando se diseña un huerto es importante darle una forma que tenga sentido para cada uno, así hay una conexión más fuerte con él desde elegir esa forma. Nosotros escogimos la forma de triángulo ya que es una figura interesante y se adaptó fácilmente a nuestro espacio y su tamaño. Construimos el contenedor de la cama uniendo los palets con amarres de alambre, tanto en los vértices del triángulo como al unir los dos palets que formaron cada uno de los lados.

Una vez construido el contenedor, le colocamos malla de alambre de gallinero por dentro con ayuda de una engrapadora y alambre, para evitar que se saliera parte de la hojarasca por los huecos que quedan entre las maderas de los palets. 3

En ese momento llegaron más personas a ayudar, ya éramos cerca de 20 y llegábamos a una de las partes más divertidas del día: la hora de sembrar. Pero primero vaciamos las bolsas de hojarasca en el contenedor, para crear un sustrato de al menos 40 cm, para lo que realizamos lo que denominamos la danza de la hojarasca, pues había que compactar las hojas y el mejor método es ponerle ritmo y entrar a bailar para compactar el sustrato.

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Después colocamos una capa de tierra para formar el 25% restante del sustrato. También agregamos cerca de 2 kg de humus de lombriz, el cual cosechamos de nuestros lombricomposteros, tenemos uno de lombrices rojas californianas y uno de lombrices que extrajimos de Ciudad Universitaria mezcladas con otras del género Amynthas.

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Para entonces todos estábamos ansiosos de comenzar con el trasplante. Los primeros en habitar nuestra cama de cultivo fueron un par de jitomates que germinaron inesperadamente de nuestra lombricomposta, además de una planta de lechuga, tomillo, romero, hierbabuena, cebollín, rábanos, varias plántulas de alubias y un par de dientes de ajo. Todos tuvimos la oportunidad de poner a las plantas en su nuevo hogar y para mantener la humedad del suelo, agregamos una delgada capa de hojarasca seca en la superficie.

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Finalmente agregamos un FLO (Fertilizante Líquido Orgánico) de gallinaza, el cual fue preparado 10 días antes, dejando fermentar la gallinaza con agua y revolviéndolo diariamente. Este fermento se diluyó en una proporción de 1:10 y se agregó directamente al cultivo, lo que le proporcionaría una gran cantidad de nutrientes, además de Nitrógeno suficiente.

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Fue misión cumplida, pues gracias a la ayuda y cariño de todos los que acudieron, desde ese día contamos con nuestro primer huerto. En ese momento era justo festejar y lo hicimos disfrutando del banquete de campeones pues todos trajeron algo delicioso para compartir y pronto quedamos satisfechos.

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Y así llegamos a la última parte del Laboratekio MAE, en agradecimiento ofrecimos un Taller de lombrices de tierra y lombricomposta en el que explicamos la fisiología de las lombrices de tierra, su rol ecológico, su función en el suelo y la dinámica entre las diversas especies de para entender el riesgo de introducir especies exóticas como las rojas californianas.

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Aunque algunos tuvieron que irse antes del taller, varios nos quedamos hasta el final y aprendimos mucho de todos. Este fue nuestro primer Laboratekio y fue una experiencia hermosa, pues al final del día logramos construir nuestra primera cama de cultivo organopónico, tuvimos una gran plática sobre lombrices de tierra, aprendimos mucho de todos, nos compartieron su experiencia en huertos y  comenzamos una prometedora y linda relación con varias agrupaciones en Laboratekio. ¡¡Gracias a todos!!

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